viernes, 7 de febrero de 2014

ENVEJECIMIENTO CEREBRAL


Del envejecimiento sabemos que es un continuo proceso de modificaciones morfológicas, fisiológicas, y psicológicas que aparecen como consecuencia del paso del tiempo sobre los seres vivos; y que finalmente culmina con la muerte del  sujeto. Muy habitualmente se acompaña de enfermedades o limitaciones en algunas áreas o habilidades que antes no suponían ningún problema.

Pero también es cierto, que son esos mismos cambios asociados a  la edad  los que nos permiten alcanzar el conocimiento de toda una vida, la sabiduría. Ésta nos permite resolver problemas complejos mediante el reconocimiento instantáneo de patrones, sin mucho esfuerzo, problemas que pueden plantear un verdadero reto para una mente más joven.


El hombre es suavemente despedido  a la vejez, y no de un golpe arrancado de la vida, y debe por ello dar gracias a todos los dioses”

SENECA, Cartas  a Lucilio.



Muchos científicos han dedicado sus vidas estudiar el porqué de este fenómeno, del deterioro humano,  de su plenitud y de su decadencia. Muchas son las teorías planteadas hasta la fecha, pudiéndose clasificar todas ellas en dos grandes grupos: las que sostienen que hay un plan predeterminado y las que se basan en acontecimientos aleatorios.

Aquellas que consideran que el envejecimiento está programado son las siguientes:

-          Teoría de la sustancia vital: Los seres vivos contienen una cantidad limitada de sustancia vital, con el paso del tiempo, esta sustancia se va consumiendo y como consecuencia el individuo va perdiendo el vigor de la juventud y finalmente muere.

-          Teoría de la mutación genética: El envejecimiento podría deberse a la existencia de uno o más genes que se activan/inactivan provocando el envejecimiento, al sufrir alteraciones provoca el proceso gerontológico.

-          Teoría del agotamiento reproductor: Recientemente se ha identificado un mecanismo genético universal, conservado a través de la evolución, que controla la rapidez del proceso del envejecimiento en la mayoría de las especies. La función de estos genes sería adaptar la distribución de los recursos energéticos en relación con las limitaciones del entorno para permitir la reproducción:


    *En condiciones de plenitud ambiental, cuando el alimento está ampliamente disponible, estos genes controlarían la utilización de la energía disponible hacia el crecimiento, la madurez sexual y la reproducción; esta estrategia implica la negligencia relativa de las actividades de mantenimiento y reparación, lo que conduciría a un envejecimiento prematuro y fallecimiento precoz;

          *En periodo de restricción, cuando no hay suficiente alimento disponible, los recursos energéticos disponibles se consagran a los mecanismos de supervivencia (mantenimiento y reparación), que llevaría a la negligencia del crecimiento y la reproducción; en este caso, se ralentiza el proceso de envejecimiento, para permitir a los organismos esperar a que se presenten unas condiciones más favorables para la reproducción.

-          Teoría del envejecimiento por diseño: El ser humano por diseño ha de nacer, crecer y envejecer.

-          Teoría endocrina: Aquí se destaca el papel del sistema hipotálamo-hipofisario, se produce una peor coordinación entre el SN y el SE.

Teorías basadas en acontecimientos aleatorios:

-          Teoría del desgaste natural: El envejecimiento se produce porque el tejido desgastado no se renueva. Los sistemas vitales  acumulan daños por desgaste que derivan en la muerte si no es posible repararlos.
Los radicales libres toman aquí un papel importante. Denham Harman propuso en su libro Mitocondrial Theory of Aging(1972) que el envejecimiento se basaba en la acumulación  progresiva de lesiones producidas por los radicales libres.

Los radicales libres son moléculas con número impar de electrones, tales moléculas son toxicas para el organismo.

-          Teoría del ritmo de la vida: Basada en la relación inversa entre la duración de la vida y el consumo energético, idea de que las reservas son limitadas.

-          Teoría entrecruzamiento: El entrecruzamiento de moléculas tales como la glucosa y el colágeno por ejemplo, que producen rigidez y falta de elasticidad.

-          Teoría inmunitaria: Basada en la idea de que con la edad disminuye la inmunocompetencia  ( a los 30 años aproximadamente), y aumenta la autoinmunidad.


Sea cual sea la teoría a la que nos acojamos parece ser que la edad máxima que un ser humano puede alcanzar se encuentra en torno a los 120 años.

Aunque actualmente no hay una única teoría universalmente aceptada, sigue habiendo un gran interés por temas como los límites de la vida y la longevidad.

Teniendo en cuenta lo anterior quizá surja la siguiente pregunta: ¿Existe un programa que dé comienzo y dirija activamente el proceso de desarrollo normal de los organismos y, por ende, también su destrucción?


Unos años atrás se pensaba, desde la perspectiva evolutiva, que la senescencia estaba programada para conducir al individuo hacia la muerte y de este modo limitar el tamaño de las poblaciones y acelerar el recambio generacional. Sin embargo quedó en entre dicho como argumento factible, en tanto que el envejecimiento en condiciones naturales  tales como la selva, los mares, etc; en general no se daba. En este tipo de medios la muerte era encontrada de diversas formas: infecciones, hambre, sed, devorado por depredadores… Dado los pocos animales que sobreviven y alcanzan la vejez la selección natural tiene poca influencia.

Y en caso de que hubiera un gen inductor de la muerte debería activarse a una edad predeterminada tras la finalización del periodo fértil, con objeto de eliminar al individuo incapaz de reproducirse.

Según los descubrimientos de los últimos años todo parece indicar que no existe un programa genético activo para envejecer, y sí un deterioro progresivo de las células y los organismos. Aquí aparecen los conceptos de telómero y telomerasa.

Los telómeros son secuencias repetidas de ADN (unos 8.000 pares de bases) que no participan, como los genes, en el funcionamiento propiamente celular, sino que se encargan de mantener la integridad de los cromosomas. Son los extremos de los cromosomas. Y la telomerasa se encarga de reinstaurar la integridad de los telómeros después de cada división celular.

En los seres humanos la actividad de la telomerasa está limitada  las células madre  y sus derivados. Por lo tanto las células humanas tienen un número finito de divisiones que nunca llega a más de 90 (entre50-90 divisiones), se conoce como reloj celular.

Tras la última división, las células entran en un estado que se conoce con el nombre de senescencia replicativa. Es entonces cuando el organismo humano envejece con el tiempo y finalmente fenece. Es el acortamiento de las partes finales de los cromosomas lo que da lugar a  procesos degenerativos en el material genético y el proceso de muerte celular conocido como apoptosis.

¿Y qué hacer ante esto?

Pues todo. Ya que los procesos anteriormente descritos pueden ser enlentecidos mediante los diferentes tipos de vida.

Estudios de gemelos se planteaban la siguiente pregunta: ¿envejecen los gemelos por igual? Y el resultado fue que evidentemente NO. No envejecen igual y además presentan una duración de vida diferente, sobre todo en gemelos separados en el nacimiento que se criaron y crecieron en ambientes diferentes y con estilos de vida divergentes.

En definitiva envejecer es inevitable, como hacerlo depende en buena medida de nuestro estilo de vida, siendo la alimentación, el deporte, las relaciones personales y el ejercicio mental lo que supone la diferencia entre un envejecimiento saludable y un envejecimiento precoz.

¿Y el cerebro qué?

El proceso de envejecimiento celular por división no se produce en el cerebro. Pues las neuronas son células que no tienen reloj celular y muchas de ellas no se vuelven  dividir una vez nacidas (al menos la mayoría de ellas). Pero evidentemente se produce un envejecimiento del SN y ello conlleva pérdidas de memoria, atención, agudeza visual, velocidad de aprendizaje, etc. Hay una tendencia a  perder contactos sinápticos y árboles dendríticos.

Para protegerlo hay que recordar la conocida frase:  “Úsalo o piérdelo”. Como comentamos unas líneas más arriba las neuronas no se regeneran, al menos no en la misma medida que el resto de células del cuerpo. Pero no importa en qué medida, lo importante es que existe la neurogénesis. Y esta es la clave, pues abre un amplio abanico de terapias en los humanos para paliar o mejorar en algún modo el envejecimiento del cerebro.


Esto significa que nuestro cerebro posee la capacidad de regenerarse. Y la tasa de desarrollo de nuevas neuronas podría estar influenciada por las actividades cognitivas de un modo no demasiado distinto a como el crecimiento muscular se ve influido por el ejercicio físico.

Esto se demostró en el Instituto Salk (centro de investigación biomédica). Se observo que la proliferación neuronal desencadenada por el ejercicio cognitivo  era especialmente pronunciada en el hipocampo, hallazgo de enorme relevancia, pues es un área directamente relacionada con la memoria.

Otro sombroso descubrimiento es que la proliferación de nuevas neuronas no se produce únicamente en cerebros sanos, sino también en los de pacientes afectados por  la enfermedad de Alzheimer. 

De modo que la actividad mental es la mejor herramienta contra el envejecimiento cerebral, y no solo en personas sanas.


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