Psicopatologías explicadas: infancia, niñez, adolescencia

TRASTORNOS DE INICIO EN LA INFANCIA, NIÑEZ O ADOLESCENCIA

Retraso mental: El retraso mental se define como una discapacidad que se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa. Se considera que un CI inferior a 70 es retraso mental, en caso de niños muy pequeños se requerirá la evaluación de un profesional para determinar el retraso. El inicio debe ser anterior a los 18 años. Existen diversos grados: leve, moderado, grave, profundo, indeterminable.


Trastorno de la lectura: Se caracteriza por una capacidad deteriorada en reconocer palabras y dificultades en la lectura y comprensión. El bajo rendimiento en este ámbito no se debe a la edad cronológica ni al CI.

Trastorno del cálculo: Se trata de un trastorno caracterizado por una alteración específica de la capacidad de aprendizaje de la aritmética, no explicable por un retraso mental o una escolaridad claramente inadecuada. El trastorno afecta al aprendizaje de los conocimientos aritméticos básicos: adición (suma), sustracción (resta), multiplicación y división más que a los conocimientos matemáticos más abstractos de álgebra o geometría.

Trastorno de la expresión escrita: Las habilidades para escribir  se sitúan sustancialmente por debajo de lo esperado teniendo en cuenta la edad, la escolarización y el CI. Los problemas con la escritura se pueden presentar a dos niveles: en la escritura con palabras o en la redacción-composición, aludiendo a problemas en los niveles superiores de organización de ideas para la composición escrita.

Trastorno del desarrollo de la coordinación: La característica esencial del trastorno es una alteración significativa en el desarrollo de la coordinación motora, puede manifestarse por retrasos significativos en la adquisición de los hitos motores del desarrollo como caminar, gatear, sentarse, coger objetos, etc. No debe existir ningún tipo de retraso que lo explique.

Trastorno del lenguaje expresivo: El Trastorno del lenguaje expresivo es un trastorno de la comunicación en el que hay dificultades de expresión verbal y escrita. El trastorno puede manifestarse a través de síntomas que incluyen un vocabulario sumamente limitado, comisión de errores en los tiempos verbales, dificultades en al memorización de palabras o en la producción de frases de longitud o complejas. 


Trastorno mixto del lenguaje: Co
nlleva ambos déficits, receptivo y expresivo, el trastorno mixto del lenguaje es bastante más grave y socialmente perturbador que el trastorno del lenguaje expresivo. Y en función de la naturaleza de los déficits, la comprensión no verbal puede estar preservada o deteriorada.

El trastorno del lenguaje mixto receptivo-expresivo es el deterioro del desarrollo de la comprensión del lenguaje que implica tanto a la decodificación (comprensión) como a la codificación (expresión). Normalmente se observan múltiples déficits corticales, incluyendo funciones sensoriales, integrativas, de memoria y de secuenciación.

Trastorno fonológico: La capacidad de pronunciación de los fonemas está a un nivel inferior al correspondiente a su edad mental. Incluye tanto errores en la articulación de los sonidos como problemas cognoscitivos en la categorización de los mismos. Por ejemplo confundir o no diferenciar entre "r" y "l".

Tartamudeo: Alteración de la fluidez y la organización temporal normal del habla. Algunos de los síntomas son los siguientes: repeticiones de sonidos o sílabas, prolongaciones de sonidos, interjecciones, palabras fragmentadas, repetición de palabras monosilábicas. Las interrupciones pueden estar acompañadas de guiños rápidos de los ojos, temblores de los labios y/o de la mandíbula o muecas de la cara u otra parte superior del cuerpo que la persona que tartamudea usa en un intento por hablar.

Trastorno autista: El autismo es un trastorno que comienza a manifestarse en la niñez pero que no afecta únicamente a la infancia, dado que es un trastorno del desarrollo y abarca todas las edades. Se caracteriza por las alteraciones cualitativas de la interacción social y de la comunicación y por un repertorio estereotipado y repetitivo de interesas y actividades. Puede observarse una notable afectación de los comportamientos no verbales (contacto ocular, expresión facial, posturas y gestos corporales). También se muestra desinterés para establecer relaciones con otros niños de su edad o se carece de la comprensión necesaria para cumplir con las convenciones sociales.


Los síntomas del desorden desconectan a las personas con autismo del mundo que los rodea. Es posible que los niños con autismo no quieran que sus madres los sujeten. Es posible que los adultos con autismo no miren a los demás a los ojos. Algunas personas con autismo nunca aprenden a hablar.

Trastorno de Rett: El síndrome de Rett se observa siempre en niñas y está asociado a anomalías comportamentales, neurológicas y físicas. Puede observarse retraso grave en la adquisición del lenguaje y de la coordinación motriz, así como retraso mental grave o severo. Incluye síntomas característicos como la desaceleración del crecimiento del perímetro craneal, la pérdida de habilidades manuales y la mala coordinación.

Trastorno desintegrativo infantil: Este trastorno aparece después de un periodo de desarrollo normal de una duración de como mínimo dos años y antes de los diez años de edad, e incluye una pérdida de las habilidades previamente adquiridas y una probabilidad mayor de padecer un retraso mental. Con frecuencia se presenta además una pérdida del control de esfínteres y a veces un mal control de los movimientos. Es típico que estos rasgos se acompañen de una pérdida de interés por el entorno, por manierismos motores repetitivos y estereotipados y un deterioro de la comunicación e interacción sociales.

Trastorno de Asperger: El síndrome de Asperger es una forma de autismo con un alto nivel de funcionamiento. Las diferencias esenciales hacen referencia al lenguaje, que se halla mejor desarrollado en el síndrome de Asperger. Comparte con el síndrome autista los problemas del contacto social, de la comunicación no verbal y las reacciones extrañas al ambiente. Los signos precoces son más tardíos, y el diagnóstico no se hace evidente hasta los tres o cuatro años, el síndrome de Asperg
er es un desorden con una posología incierta caracterizada por un tipo similar de problemas cualitativos en las relaciones sociales propio del autismo.

Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora. Esto hace que su adaptación social sea dificultosa.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: 
Es un trastorno muy prevalente que afecta entre un 5 % y un 10 % de la población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más frecuente en varones. Tiene tres componentes claros: hiperactividad, inatención e impulsividad,

Se trata de un trastorno del comportamiento caracterizado por distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Tiene una respuesta muy alta al tratamiento, aunque se acompaña de altas tasas de comorbilidad psiquiátrica. Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos. Este trastorno se identificó primero en la edad infantil. Sin embargo, a medida que mejor se comprendía, se fue reconociendo su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta hasta después de la adolescencia.

Trastorno disocial: Se caracteriza por una forma persistente y reiterada de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de los otros o normas sociales. Los comportamientos típicos incluyen peleas frecuentes, intimidaciones, crueldad hacia personas o animales, destrucción de propiedades ajenas, incendio, robo, mentiras reiteradas, faltas a la escuela, fugas del hogar, provocaciones, desafíos y desobediencia graves. Se consideran dos tipos: a) De inicio infantil, en el que al menos una característica se ha manifestado antes de los diez años, y b) De inicio adolescente, en el que no se manifiestan síntomas antes de los diez años.

Trastorno negativista desafiante:
 Se trata de una pauta de comportamiento recurrente y persistente en la que se desafían las órdenes de las figuras de autoridad, comprobando una y otra vez los límites establecidos, ignorando órdenes, discutiendo, mostrando hostilidad hacia compañeros o adultos y molestándolos deliberadamente o agrediéndoles verbalmente. Se manifiesta de forma invariable en el contexto familiar, pudiendo manifestarse o no, en otros contextos como la escuela. Se muestra con mayor evidencia con adultos o compañeros muy conocidos.

Pica: Es la ingestión persistente de sustancias no nutritivas, inapropiada para el nivel de desarrollo del niño, no tiene porque cursar con con aversión a los alimentos. Ha de darse por lo menos durante un mes para que se diagnostique. Las sustancias típicas ingeridas por estos niños son: pintura, yeso, cuerdas, ropa, cabello, arena, insectos, hojas, etc.

Trastorno de rumiación: Consiste en la regurgitación y nueva masticación del alimento ya ingerido, durante un periodo de por lo menos un mes. La conducta no se debe a un problema gastrointestinal. Los alimentos suelen aparecer en la boca parcialmente digeridos y pueden ser arrogados o vueltos a masticar e ingerir.


Los niños que la padecen suelen adoptar una postura característica: estiran y arquean la espalda, con la cabeza colgando hacia atrás, y producen movimientos de succión con la lengua que parecen resultarles gratificantes.

Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez: Es una alteración de la conducta de alimentación manifestada por una dificultad persistente para comer adecuadamente y se añade la dificultad para ganar peso o pérdidas significativas de éste durante por lo menos un mes. Se inicia antes de los 6 años de edad.


Trastorno de Tourette: Es un trastorno neurológico conductual hereditario que comienza en la infancia y la adolescencia. Se caracteriza por la emisión involuntaria de movimientos repetidos y de sonidos vocálicos y fónicos (incluso palabras soeces o frases inapropiadas), llamados tics. Los tics pueden variar en su intensidad, frecuencia y localización, así como permanecer o reaparecer durante toda la vida.

Trastorno de tics motores o vocales crónicos: Se define por la presencia bien de tics motores o vocales, pero no ambos. Los tics crónicos normalmente son motores, y similares en cuanto a la forma a los otros trastornos por tics motores. Los tics vocales crónicos son raros, normalmente leves y generalmente constan de gruñidos más que de verdaderos tics vocales o verbales. Se inician normalmente durante la primera infancia (entre los 5 y los 10 años). Aproximadamente dos tercios de los casos finalizan durante la adolescencia, pero algunos casos pueden persistir en formas leves durante años o décadas.

Trastorno de tics transitorios: Se define como la presencia de uno o más tics vocales o motores, o ambos. Los tics se producen varias veces al día, casi todos los días y por lo menos cuatro semanas, pero no más de 12 meses. Aunque pueden observarse episodios aislados, pueden aparecer de nuevo episodios recurrentes que continúan a lo largo de los años.

Encopresis: Toda defecación involuntaria del niño de más de dos años, durante un periodo de al menos 3 meses, cuando no tienen una lesión del sistema nervioso ni afectación orgánica alguna. La característica principal es la emisión repetida de heces en lugares en lugares inadecuados pudiendo ser involuntaria o no. 


Se diferencian dos tipos: encopresis primaria en la que el niño nunca ha adquirido continencia fecal, y encopresis secundaria en la que el niño desarrolla la alteración después de un periodo de continencia fecal.

Enuresis: Se trata de la incapacidad del niño de retener su orina entre los 3 y 5 años, durante al menos 3 meses. La enuresis se produce, por lo general, por una falta de control en el funcionamiento de dos tipos de fuerzas musculares, una implicada en ala contención y otra en al expulsión de la orina. No debe ser producto de efectos fisiológicos de una enfermedad o sustancias.

Trastorno de ansiedad por separación: La característica esencial de este trastorno es la presencia de una ansiedad excesiva , es decir, superior a la esperada en sujetos del mismo nivel de desarrollo, que puede llegar al pánico ante la separación real o anticipada del hogar o de las personas con quienes están más vinculados.


Los estudios epidemiológicos indican que aproximadamente un 4% de niños y adolescentes jóvenes sufren este trastorno, por lo cual es considerado uno de los trastornos más prevalentes entre todos los que ocurren durante la infancia y adolescencia.

Los niños más pequeños exhiben un comportamiento  de sombra o lapa con la persona con quien establecen el vínculo, generalmente la madre. Incluso dentro del hogar siguen a esa persona por toda la casa. Cuando están separados de las personas con quien están unidos afectivamente, estos niños y adolescentes suelen preocuparse por miedos, accidentes o enfermedades que pueden afectar a dichas personas o a ellos mismos.

Mutismo selectivo: 
El mutismo selectivo es un problema de inhibición del habla que suele tener su inicio en la etapa preescolar. El trastorno se caracteriza porque el sujeto, pese a tener la capacidad del habla conservada, inhibe selectivamente la respuesta verbal delante de determinadas situaciones sociales o lo restringe a ciertas personas “de confianza” de su entorno familiar (normalmente padres y hermanos).

En algunas ocasiones, el mutismo puede iniciarse progresivamente como consecuencia de una timidez extrema o también a partir de alguna situación estresante (hospitalización, cambio de residencia, ciudad, etc.). Sea como fuere, el mutismo selectivo puede resultar altamente incapacitante tanto en el terreno educativo como en el social para los niños que lo padecen y siempre representa un problema a tratar.

Trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez: Es un problema con la interacción social que ocurre cuando se descuidan las necesidades emocionales y físicas básicas de un niño, particularmente cuando el niño es un bebé. 
El trastorno de vinculación reactiva es causado por el maltrato o el descuido de las necesidades de un bebé con relación a:
- Los lazos emocionales con un cuidador ya sea primario o secundario
- El alimento
- La seguridad física
- El contacto

Trastorno de movimientos estereotipados: Se caracteriza por la presencia de movimientos repetitivos, que no tienen función concreta, suelen ser rítmicos. Entre los movimientos cabe distinguir los que son de tipo autolesivo de los que no lo son. Entre los más frecuentes de los movimientos no autolesivos se encuentran el balanceo corporal o de la cabeza, movimientos amanerados de los dedos o/y las manos. Entre los autolesivos se encuentran los cabezazos, bofetadas, morderse las manos o golpearse con intensidad.



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