Para comenzar a analizar el estado de este tema he
considerado apropiado definir algunos conceptos básicos que hemos de conocer
para comprender en su complejidad y magnitud la cuestión que nos ocupa.
Intersexualidad: Es una condición poco común por la cual un individuo
presenta discrepancia entre su sexo cromosómico (XY / XX), gónadas (testículos
/ ovarios), genitales (pene / vagina) , poseyendo por tanto características
genéticas y fenotípicas propias de hombres y mujeres, en grados variables.
Transxelualidad: Es una identidad transgénero que
define la convicción por la cual una persona se identifica con el género
opuesto a su sexo biológico, por lo que desea vivir y ser aceptado como una
persona del género opuesto. La transexualidad es característica por presentar
una discordancia entre la identidad de género y el género biológico.
Sexo: En biología, el sexo es un proceso de combinación y
mezcla de rasgos genéticos a menudo dando por resultado la especialización de
organismos en variedades femenina y masculina (conocidas como sexos).
Género: Es un concepto cultural que alude a la
clasificación social en dos categorías: lo masculino y lo femenino. Es una
construcción de significados, donde se agrupan todos los aspectos psicológicos,
sociales y culturales de femineidad/masculinidad. Por lo tanto, la acción de la
sociedad es definitiva para su aprendizaje y desarrollo.
Sexualidad: Se refiere a cómo se viven y cuáles son las conductas y las maneras
en que se realizan las prácticas sexuales, la seducción, los deseos y placeres
eróticos, siempre influidos por las pautas y reglas sociales que impone cada
cultura.
ADS: Anomalía de la
diferenciación sexual.
Además hemos de conocer la prevalencia de casos en la
población, para hacernos una idea de lo importante que es para nuestra sociedad
adquirir un conocimiento lo más adecuado, responsable y respetuoso posible para
ayudar a aquellas personas que lo necesiten.
Ambigüedad sexual: Incidencia anual de 1/4500 nacidos vivos
|
Hermafroditismo
verdadero entre un 1 y 10% de los
casos de ambigüedad
sexual
|
El 90% de los casos de ambigüedad
genital se operan a genitales femeninos
|
Una vez aclarados los conceptos anteriores, y
atendiendo a la incidencia de la intersexualidad, vamos a comentar, en primer
lugar información proveniente de textos de prensa
divulgativa.
La visión centrada en la biología no únicamente daña a
deportistas, niños a los que se decide criar en un género u otro de manera
totalmente arbitraria, adolescentes confundidos y también a
familiares de afectados.
¿La biología en sí misma como ciencia, no debería
aportar utilidad? Debería ayudar a solucionar problemas o conflictos con los
que la gente tiene que enfrentarse, y no ceñirse a catalogar sin más, ha de
aportar sentido común y utilidad a una temática muy confusa y descuidada en lo
que a dignidad personal respecta.
Sin embargo hemos encontrado a lo largo de la historia
(con ejemplos de grandes deportistas, niños que nacieron con una combinación de
aparatos femenino-masculino, etc) que se cierra en banda hacia interpretaciones meramente genéticas. Nos ha encerrado en
una dicotomía sexual demasiado firme que deja fuera a una parte de la población
marginada y estigmatizada.
Cómo negarle su feminidad a una mujer que así se
siente y así ha vivido durante toda su vida, porque al realizarle una prueba de
sexo resultara tener unos genes XY. Como decía Martínez Patiño: "Jamás
me he cuestionado, por todo lo que digan mis cromosomas, que no sea una mujer.
Me he pasado noches sin dormir, llorando, pero jamás por sudar de lo que
soy."
Esta visión de la biología tradicional abarca tan poco
del horizonte existente que resulta carente de utilidad por completo.
Pero hagámonos unas preguntas interesantes respecto al
tema:
Esa necesidad de categorizar ¿Es realmente una
necesidad?, ¿Para qué, para quién?. ¿Qué es más importante el sexo genético o
la identidad sexual de una persona?. Es más ¿es necesario que el espectro de
respuestas se restrinja a dos opciones?
Vemos como la sociedad (tanto la parte lega, como la científica: médicos) dicta qué se debe ser o no ser, el como la
indeterminación ha de verse determinada; hacia un lado u otro.
Se niega el derecho a ser deseado, a ser bello, a ser
DIFERENTE. Los citados derechos se reservan con celo para las Mujeres y Hombres
con mayúsculas, aquellos que se ciñen a esa definición de diccionario de
preescolar, que no conoce el concepto mayúsculo de diversidad.
Pero esas personas existen, son, piensan y sienten
como uno más.
En varios de los artículos, veíamos como ante la incapacidad por parte de los médicos de
determinar el sexo de un niño al nacer, surgía el imperativo de asignar por
medio del quirófano de ese sexo. Normalmente la decantación era el sexo
femenino. El hecho de tomar tal decisión con respecto a otra persona implica la
probabilidad de que en el futuro ese sujeto no se sienta identificado con el
género al que supuestamente pertenece.
En referencia a estos casos podemos comentar uno muy
especial y controvertido, comentado en el periódico "El Mundo" a la
fecha de 15/05/2004.
Se trata del caso de David Reiner natural de Winnipeg
(Canadá). En 1965 sus padres les llevaron a él y a su hermano gemelo al
pediatra en una visita rutinaria donde se les aconsejó realizarles la
circuncisión. Ambos se operaron, pero la operación de David salió mal y quemó
de manera severa gran parte de su pene y dejó el órgano completamente inútil.
Meses después los padres vieron un programa de
televisión, donde el doctor John Money afirmaba que era posible que los bebes
tuvieran un sexo neutral al nacer, es decir, un sexo indefinido, que podía
cambiar a lo largo de la vida.
Al ponerse en contacto con él consideró el caso una
oportunidad para resolver el dilema naturaleza o educación en referencia al
sexo de una persona. Tal fue así que operaron a David para castrarle y le
crearon una vagina con la piel restante de sus genitales. Las instrucciones a los
padres fueron que lo trataran como una niña.
El final de la historia es lamentable pues David
sufrió malos tratos en la escuela, intentos de suicidio, y cuando por fin su
padre le contó la verdad decidió vivir como hombre. Y tras la muerte de su
hermano gemelo y la separación de su esposa entro en un estado de angustia que
le llevo al suicidio.
Al parecer la identidad de género no está en manos de
la educación, al menos no únicamente. Tanto biología como cultura tienen
papeles importantes. Y el olvido de alguna de las dos por parte de científicos
ha hecho y hace un gran daño, tanto a personas como David, como a la ciencia y
la psicología.
Afortunadamente en los últimos años parece que se prefiere dejar que el niño
crezca y se exprese antes de reconstruir los genitales hacia la apariencia de un sexo u otro.
Se ha venido desarrollando hace pocos años una línea
diferente de pensamiento, aquella que afirma que una mujer u hombre es tal, si
así se considera.
En su aplicación a los transexuales, la ley de
identidad de género aprobada en España en 2007 dice: "Que cada persona
decida con qué género se identifica y con cuál quiere vivir, independientemente
de su físico".
Otro pequeño avance legal permite ahora que personas
transexuales puedan cambiar su sexo y nombre inscritos en el Registro Civil.
Simboliza un reconocimiento más en el campo de la intersexualidad. Al
permitirse realizar el cambio del sexo y nombre, se reconoce el derecho de la
persona a elegir su identidad sexual y su género sea cual fuere su sexo
biológico.
Una vez comentados los textos de prensa nos
centraremos ahora en los artículos académicos.
Basta con leer el pequeño fragmento (Pensar en la intersexualidad hoy) redactado por
una de esas personas que ha padecido en su cuerpo la definición inquisidora
hacia un lado u otro de esta utopía dicotómica en la que nuestra sociedad se
halla.
Bastan sólo sus palabras para describir los
sentimientos, de los que son también partícipes miles de personas en el mundo.
Y cito algunos de ellos que por su sinceridad conmueven:
- "La restauración es una fantasía en los libros, pero una pesadilla en la
carne".
- "Empezar a curar algo de lo que jamás estuve
enfermo hasta que alguien quiso curarlo".
- "La intersexualidad no es una enfermedad, sino
una condición de no conformidad física con criterios culturalmente definidos de
normalidad corporal".
Y todo ello ocurre cuando es biológica y médicamente conocido el hecho de que la intersexualidad no
es ninguna novedad, al contrario, más bien.
A sabiendas de que el sexo es un continuo basto de
alternativas que sobrepasa de largo, el tan aclamado y defendido por
el sistema legal, sexo femenino y masculino.
Hay al menos tres subgrupos “principales”, entre los
dos ya sobradamente conocidos, que se conocen en medicina, pero de los que no
se habla demasiado. Estos son:
- Los verdaderos hermafroditas: que poseen un testículo y un ovario.
- Los pseudohermafroditas masculinos: tienen
testículos y algunos aspectos genitales femeninos.
- Y los pseudohermafroditas femeninos: presentan
ovarios y algunos rasgos genitales masculinos.
Pero aun estando científicamente avalados la
existencia, de al menos tres, sexos más; se exige a las personas que en estas
situaciones se encuentran, que elijan un rol de género establecido y se procede
a la eliminación de cualquier forma sexual intermedia.
Se trata de hacer encajar la realidad en esa forma de
interpretar el mundo que hemos decidido que es la mejor. En lugar de adaptarnos
nosotros, a la realidad del mundo.
Por desgracia, la mayor parte de las ocasiones, para
llevar a cabo la determinación sexual mediante la cirugía se ha faltado a la
verdad y se han ocultado datos a los padres, e incluso a los mismos niños
cuando, llegado el momento, se han preguntado por el tema en cuestión. Dejando a un lado, claro, el hecho de
realizar la operación a un niño, quitándole la oportunidad de decidir por sí
mismo como quiere que sea su cuerpo.
Por otro lado, una idea que subyace a todo esto es el
concepto posado sobre un pedestal, al cual denominamos heterosexualidad. Para
que el tratamiento e intervención quirúrgica sean considerados exitosos, el
resultado ha de ser un adulto que cumpla con los cánones sociales de comportamiento, según su sexo. Y,
como no, cuya orientación sea heterosexual.
Cambiando ahora un poco el foco de atención, si nos
centramos en la transexualidad, resulta interesante plantearnos que nuestro
modelo occidental no contempla, en absoluto, un lugar para aquellas personas
que socialmente son mujeres pero genitalmente se designan como hombres. No hay
una aceptación de esa situación de no coincidencia entre un apartado y otro.
La cirugía transexual apoya este modelo de género,
haciendo coincidir el género y el cuerpo, como si de una enfermedad se tratara.
Por ello considero muy
acertada la postura, que desde la antropología social se asume. Aquella que
concibe la transexualidad no como una enfermedad individual, sino como un
resultado de aplicar un modelo determinado de construcción sociocultural, a la
identidad sexual y de género. Es un modelo que elimina la graduación y la
diversidad propias del ser humano.
Y sería, poco menos que cauteloso preguntarnos, si es
necesaria la aplicación de los avances tecnológico/científicos en el contexto
de la intersexualidad y la
transexualidad. Y en qué medida clasificaciones diagnósticas, tales como el
CIE-10 y el DSM-IV, sirven para ayudar a una persona o para encasillarla en un
grupo social, del cual para desvincularse necesita mutilar una parte de su
cuerpo.
Todo el análisis anterior nos hace ver que necesitamos
nuevos modelos de conocimiento acerca del sexo, el género, y los roles
asociados a ellos. Es necesario revisar y aumentar en diversidad el modelo
dicotómico actual. Pues se halla obsoleto y tenemos la responsabilidad, como
psicólogos y ciudadanos, de analizar con rigurosidad la situación y promover los cambios sociales, políticos y
científicos que sean menester para la aceptación de todos y cada uno de los
miembros de nuestra sociedad.
Finalizar indicando que este es un tema poco menos que polémico y
delicado, todo lo expuesto es un análisis personal realizado como reflexión, no
pretende ser un juicio hacia nadie. Van por delante las disculpas si alguien se
siente en algún aspecto ofendido, y por supuesto es un tema abierto a debate
del que todos podemos participar.
se ve quien publica pero no quien escribe.
ResponderEliminarHola Jorge! Pues publica y escribe la misma persona, Raquel De la Paz. Es decir, yo misma:)
ResponderEliminarfelicidades por tu blog.parece interesante. un beso.
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